Sin embargo, tanto el diseñador gráfico como la serigrafista, buscaban a alguien especial. Alguien al que se le hubiera ocurrido la misma idea, y sobre todo, que estuviera igual de tarado para querer llevarla a cabo.
Visto así, las probabilidades y coincidencias que se dieron para que dicho encuentro sucediera, confirma que en ningún caso pudo darse de manera natural. Eso sin contar que uno vivía en Madrid y el otro en Barcelona. Por lo raro, y para quedarse tranquilos (o más bien para tranquilizar a familiares y amigos), antes de ponerse manos a la obra, acordaron pasarse por comisaría para comprobar que ninguno tenía antecedentes, causas pendientes, ni cosas por el estilo.
A grandes rasgos, así fue como dos personas del todo imprudentes, irracionales, insensatas, pero entusiastas e instintivas por igual; pusieron en marcha UYUYUY!.
Para llevarlo a cabo, apuestan por un proceso totalmente artesanal, evitando ayudarse de cualquier tipo de impresión mecanizada, que de alguna manera pudiera despersonalizar, alejarles de su idea original o restar mérito a la obra en si.
Si la elección de serigrafiar a mano ya supone asumir un considerable encarecimiento en el coste, no dudan además, en emplear materiales y tintas totalmente ecológicos, necesarios para conseguir que el resultado final tenga la calidad deseada. Un capricho es un capricho.
Ahora, el futuro de UYUYUY! y que no terminemos en la cárcel por impago del préstamo, depende de vosotros.